Conectando con nuestro blog anterior acerca de la “Interculturalidad en la vida moderna”, sabemos que hoy en día, las habilidades de comunicación y de gestión son de vital importancia en cualquier ámbito, pero el comprender a los demás y hacerse entender va más allá de dominar a la perfección un idioma.

El poseer buenas habilidades comunicativas para un profesional lo es todo, sin embargo, aunando el tema del lenguaje, nos atrevemos a decir que no es importante si no hablas o escribes a la perfección la lengua extranjera del cliente con el que estas teniendo trato, lo que a él le importa es que más allá de la negociación por medio de la comunicación sin errores, exista un conocimiento mínimo de la su cultura, así como el establecimiento de objetivos más allá del mensaje.

No tiene que ser perfecto el lenguaje mientras exista gestión y personalidad para desarrollar el proyecto, créeme que a la otra persona le importa más ser escuchada y entendida que el que te sientas angustiado por llevar todo a la perfección.

El que le des valor a la cultura y confianza de la otra persona por parte de la comunicación, hace que la persona se sienta importante, lo que permite favorecer el diálogo, el entendimiento, la integración y enriquecimiento de culturas.

Esto nos lleva a decir que una persona u organización no debe únicamente centrarse en dominar el idioma del interlocutor con el que está teniendo contacto para poder comunicarse, sino que por madurez personal y ejecutiva, se debe ir más allá. Es decir, tener consciencia de la interculturalidad para incrementar la oportunidad de desarrollar habilidades de comunicación y gestión a través del diálogo y del trabajo en conjunto. 

Y aunque no se haya meditado a profundidad acerca de ello, todo lo mencionado en el párrafo anterior es de vital importancia en el ámbito organizacional ya que impulsa la implementación de nuevas habilidades y gestiones de comunicación para alcanzar la evolución laboral. 

Por lo que podemos decir que no existen lenguas o culturas mejores que otras, siempre que las habilidades de comunicación en personas y organizaciones estén dirigidas a enriquecer el contacto cultural por medio del entendimiento, escucha activa y respeto al valorar la pluralidad cultural y haciendo sinergia más que intentar enfocarse únicamente en la dominancia perfecta del idioma externo al nuestro. 

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