Son convicciones profundas de los seres humanos que determinan nuestra manera de ser y orientan nuestra conducta. Involucran nuestros sentimientos y emociones y están relacionados en toda nuestra vida. Cuando valoramos la paz, nos molesta y nos hiere la guerra, si valoramos la libertad nos enoja y lacera la esclavitud.

Se jerarquizan por criterios de importancia, cada persona construye su escala de valores personales, ya que todos tenemos valores diferentes dependiendo de la educación que hemos recibido desde la infancia temprana, empezando por nuestra familia, formación académica y el transcurso de la vida misma: Dignidad, honestidad, solidaridad, amistad etc. Los valores más importantes que tenemos forman parte de nuestra identidad ya que con estos orientamos nuestras decisiones frente a deseos e impulsos y fortalecen nuestro sentido del deber ser. Cada persona, de acuerdo a sus experiencias, conocimientos previos y desarrollo cognitivo, construye un sentido propio de estos. Algunos permanecen a lo largo de nuestra la vida y otros desaparecen, ya que están relacionados con nuestros intereses y necesidades. Es importante saber que son las cualidades del alma, que aparecen como la entereza de ánimo para cumplir las obligaciones y deberes que tenemos como seres humanos, sin amedrentarse por los peligros, amenazas o burlas a las que nos exponemos.

Son las características que nos enaltecen como personas y nos destacan como un verdadero modelo para los demás. Son los lentes con los que vemos la vida, y aunque al hablar de valores, generalmente pensamos en virtudes, también existen los antivalores: La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la traición, el egoísmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, son algunos ejemplos de antivalores que rigen la conducta de algunas personas. La buena noticia es que con un trabajo profundo, éstos pueden modificarse, incluso abandonarse.

Técnicas hay muchas. Y la “Escalera de la inferencia” de Chris Argyris nos da un buen punto de arranque para trabajar en modificar la visión y la forma en que obtenemos conclusiones (juicios) en la vida diaria. El coaching y la Programación Neurolingüística son procesos de gran ayuda también.
En Hipnos Y Hermes estamos convencidos de que en cualquier proceso de desarrollo personal se debe necesariamente trabajar con la escala de valores, contribuyendo, además del desarrollo personal, en el desarrollo social que tanta falta hace en estos tiempos.

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